Una memoria más

Me gusta desaparecer de la jungla de concreto de vez en cuando, y entrar en un mundo complejo de visiones nocturnas, de deseos, de ironías, de mentiras seductoras y de verdades hirientes.

Mi cabeza parece más grande por dentro que la Tierra desde el aire, floto en mí mismo como bote en deriva, las sombras me rodean como abrazándome y pidiéndome atención, bloqueo mi concentración de errores pasados, de malos tratos y de intrigas, me dejo ir por mi visión y hago lo que creo que es lo mejor sin importar lo que afuera piense la gente. Si me señalan con un dedo es lo de menos, al final tres otros los señalan a ellos, la vida se hizo para vivir, para disfrutar y es tan corta que sufrir por espejismos y burlas de conciencia no parecen ser el camino, omitiré el vuelo al pasado porque ya es muy tarde.

El pasaje de este bosque espinado parece nublado pero son solo muchas voces de árboles, luces de animales corriendo, y escaparé como Dante del lobo, y quizás me sumergiré en un distante abismo de placeres, que será como el paraíso, porque la mala decisión sería dejarla ir.

Daré un paso en falso, quizás dos o tres, pero acaso no son los errores los que le dan la sabiduría al que los aprovecha. Al despertar de este sueño habré aclarado mi panorama, al fin y al cabo no son más que pensamientos estancados en el tráfico de ideas de una autopista celular.

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